Librophonia; digital contra papel (en el ring #5)

Después de varias semanas de escribir sobre lectura digital, de comentarios sobre aplicaciones, formatos de libros digitales, la configuración básica de una aplicación para lectura de libros digitales y algunos puntos alrededor del tema, seguimos en el ring y nos extendemos un poquito más en lo ecológico.

Nos vamos al uso y posterior proceso de desecho y reciclado.

Se dice que usando un lector digital o dispositivo móvil para leer durante un año puedes igualar la compra de 22 libros de papel y la huella de carbono sería mas o menos la misma, hay otros mas extremos que hablan de que son hasta 55 libros y como siempre, hay quienes cuestionan estas afirmaciones (todas ellas). Luego vienen otras cifras, de que un lector digital puede llegar a leer más de 35 libros al año y que en la mayoría de los casos, un lector de libros de papel no supera los 10 o 12 libros al año y viene ooootra gran discusión con berrinche incluido (y hasta podría abrirse un buzón de quejas echándole la culpa a todo mundo por el hecho de que nadie lee o si se lee o se lee poco o los libros son caros y por eso no se lee o cosas afines).

Luego, se extiende este tema con la reflexión que los lectores digitales o los dispositivos móviles son utilizados no solamente para leer, sino también para navegar por internet, ver contenidos digitales, checar redes sociales y otras cosas de esa índole, ese uso prolongado resulta en un gran consumo de electricidad, lo que es un daño para el medio ambiente. Se habla de una cantidad gigantesca de dispositivos de este tipo siendo utilizados al mismo tiempo, conectados a redes o a repetidores, recargando batería y demás cosas.

los libros, también tienen su parte en este tema; leer un libro por la noche, por ejemplo, implica mantener encendida una lampara o un foco varias horas, lo que utiliza casi la misma cantidad de energía utilizada para cargar un dispositivo móvil. Aquí muchos lectores argumentan que por lo general hacen ese tipo de actividad durante el día y no utilizan luz eléctrica, sino solamente la luz del día. Se argumenta que los libros físicos tienen mucha mayor vida útil que un dispositivo digital, por el simple hecho de que un libro puede ser prestado cientos de veces y cosas así.

Luego viene la cuestión del momento de desechar, de tirar, de enviar a la basura.

La basura electrónica y eso incluye a los dispositivos digitales, es un gran problema, hay mucha y día a día se genera más, de todo tipo. Hay también cada vez más conciencia de ello y muchas formas para desecharla, pero si no se hace correctamente, genera daños enormes a la naturaleza; si no es separada de la basura convencional siguiendo un proceso bien establecido. Un libro dañado o ya en proceso de desecho, por el simple hecho de ser llevado a un basurero genera en ese proceso un daño al ecosistema. En ambos casos, se pueden implementar procesos de reciclaje y reaprovechamiento, eso también hay que aclararlo y establecerlo honestamente, lamentablemente no siempre estos procesos son accesibles en todos lados y no son implementados por las autoridades de cada país.

Seguiría la discusión durante mucho tiempo, se pueden abrir muchos subtemas, salen argumentos encendidos, la gente se emociona, se encrespa, se blanden libros pesados contra látigos hechos de cables de carga. Hay argumentos a favor y en contra, al final se llega al punto de que todos tienen razón y no la tienen. Ambos mundos generan daños al medio ambiente; la huella ecológica de uno y otro es considerable. Unos en el proceso de fabricación, otros al ser desechados. unos pueden ser mas reciclables que otros. Unos ayudan a no seguir talando arboles y otros no generan desechos tóxicos. Unos dañan miles de arboles en el proceso de fabricación, otros dañan y contaminan en el proceso de extracción de componentes. y le podríamos seguir.

Que hacer entonces?
esa pregunta queda para la próxima semana.