Y bueno, ya decidiste adquirir un libro y además elegiste que fuera un libro de uso, es decir, un libro de un bazar.
Hay que ir a un bazar, por supuesto, un bazar de libros, además, aunque en los otros, los de muebles y chacharas y ropa, de repente también es posible encontrar montoncitos de libros. Aunque en esos casos, además de usados, casi siempre te los intentarán vender con pretensiones de antigüedad (en los bazares de libros también hay de esos, pero es un poco menor esa posibilidad).
¿Donde ubicarlos? muchos ya tienen marcadores en casi todas las apps de navegación, en los mapas virtuales, los hay que hasta página en redes sociales o hasta página comercial tienen; algunos, muy especiales y muy apreciados, son de conocimiento de los amantes de los libros de uso en toda ciudad, son un culto incluso, como ciertos lugares en cdmx; en algunos parques se acostumbra que haya al menos una carpa con libros de ocasión, montoncitos de uso también. Lugares hay, es cosa de buscarlos, de perderse en las páginas, en las calles. eso es parte del encanto de buscar un libro de uso, ese paseo adicional por las calles tambien tiene su encanto.
Estos lugares tienen la curiosidad de ser diferentes entre sí; desde los que parecen biblioteca escolar, con libreros muy ordenaditos y por tema, los que tienen estantes adaptados, mas o menos en orden, con algunas secciones claras y otras no tanto, y al ultimo, otros que de plano son una oda al desorden, a la anarquía, estos a veces tienen libreros, otra veces estantes o revisteros gigantes o de plano montones de libros en mesas y apoyados en los muros columnas y columnas de libros en equilibrios fantásticos, como jengas gigantes. tienen todos su guardián, su librero, quien en medio de todo el caos, siempre acierta en donde encontrar el libro que buscamos, siempre sabe donde están los buenos libros, las gangas.
En estos lugares y en esos montones y libreros y revisteros y demás, es posible encontrar de todo; libros académicos, técnicos, escolares, libros misteriosos, también libros extraños, enciclopedias, a veces hay sección de vinilos y de revistas y comics, hay en la ciudad de Puebla uno donde se encuentra material para jugar ajedrez, otro donde tienen cosas esotéricas, alguna vez hubo uno (o varios) que ofrecían café, otro tenía una sección de figuras de acción y camisetas de superheroes y stickers. Todos tienen algo en común y es el olor, ese omnipresente olor a vainilla, a lignina, a viejo. eso que hace que una visita a un lugar así sea tan emotiva, tan emocionante.
Libros en pasta dura, pasta blanda, ediciones económicas, alguna que otra copia maltratada del bestseller del momento o viejas ediciones de clásicos, también libros de autor, alguna que otra vez, fanzines o ediciones personales, de todo hay, para todos los gustos, la cosa es zambullirse, perderse en los libreros y en los montones, estornudar un poco y disfrutar el momento.
¿Los precios?, casi siempre al alcance de todo bolsillo, a veces, incluso negociables, ajustables. uno que otro, en fechas como el buen fin, ofrece descuentos, lo que sumado al precio ya de por si bajo de algunos libros, permite obtener libros a precios baratísimos.
La cosa, como siempre, es buscarle.
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