Decíamos, en semanas anteriores que cuando se trata de leer, encontramos todo un mundo de curiosidades; gadgets, inciensos, grupos de acompañamiento, vestimentas, soundtracks, snacks, espacios favoritos, tipos de iluminación, métodos de respiración, podcasts, apps que leen por ti, costumbres, rituales, posturas, horarios y una lista enorme de cosas que van de lo sublime a lo extraño. Hoy, el tema es, como leer cuando NO se quiere leer.
Hay que aceptar, que de vez en cuando, todos los lectores experimentan un momento de negación, un tiempo de flojera sistematizado donde simplemente no hay ganas de leer, hay libros pendientes, hay lecturas inconclusas, hay lista de espera en el librero y a veces, hasta expectativas de otros lectores respecto a lo que el lector en negación debiera hacer. Este periodo puede abarcar unos cuantos días, algunas semanas y a veces, meses; en algún momento el interés por la lectura y los libros regresa, a veces de modo suave y en ocasiones como un bombardeo, como una compulsión extremada.
En esta situación, a veces aparece una variación muy curiosa: el lector que no tiene ganas de leer pero conserva el interés por la lectura. osea si, pero no. Esta curiosidad se puede delimitar en que el lector quiere leer pero simplemente no tiene ganas de acercarse a un libro, ni de sostenerlo, ni de hojearlo, ni de tenerlo cerquita. la pereza pues, expresada en términos vagos y de modos imprecisos. si, pero no.
Como en toda situación, hay opciones, alternativas mediante las cuales puede continuarse cultivando la lectura sin tener un libro en las manos; podcasts, lecturas en video, streamings, grabaciones en CD o mp3. En el internet hay múltiples maneras en las que otros lectores ponen al alcance de todo aquel interesado, un universo de literatura en todas sus presentaciones. En el mundo real es posible encontrar alternativas, lecturas en vivo, círculos de lectores a los que se puede acudir para escuchar a otros leer, hay colecciones en audio disponibles en algunas bibliotecas para ser escuchadas y disfrutadas, también es posible encontrar en algunas librerías o en algunos bazares ejemplares en CD de una gran colección editada por la UNAM, que fué llamada “voz viva de México”, que son grabaciones de las obras de grandes autores, muchas de ellas, precisamente con la voz del propio autor. Esta es una forma muy agradable de seguir “leyendo”, aunque más bien sería escuchando a alguien que lee. Ya hemos comentado que algunas aplicaciones de lectura tanto para dispositivos móviles como para computadora tienen la opción de lectura automatizada, es decir, que la app o el programa lea para ti. En las redes sociales también pueden encontrarse múltiples vídeos de lectores de todo el mundo, que se dedican a compartir lo que leen, en capítulos grabados, en streams periódicos, en programas ya establecidos y hasta en encuentros colectivos donde puede escucharse no solo a uno, sino a varios lectores distintos con textos distintos.
El vicio de la lectura se extiende tanto y tiene tantos adeptos en todos lados que a veces, cuando uno pierde las ganas de leer, pero quiere seguir leyendo, siempre hay quien puede leer para uno. opciones hay y como siempre, la cosa es buscarle.
Comments