Este es un ______________________ (inserte la definición que quiera) sobre libros, lectura, libros usados, ebooks y demás yerbas relacionadas. De un modo u otro siempre hemos alentado actividades de fomento y apoyo en torno al tema y hemos pugnado por hacer de la lectura y el amor por los libros uno de los pasatiempos para las niñas y niños, destacando a veces mañosamente los beneficios de leer (según) así como advirtiendo de los daños derivados de no hacerlo (como lo es irle a cierto equipo de futbol). Hay una que otra burla de los métodos e ideas en torno a “lo que tiene que hacerse para que lean” y hasta un poco de sátira malentendida en torno a las actitudes de ayer y hoy que de repente se asumen para “encausar” la lectura (y que en la mayoría de los casos causan el efecto contrario). En suma, que acá la idea es que todos lean y los pequeños también. En ocasiones anteriores comentamos sobre la lectura en compañía y la lectura acompañada y sus variaciones, aventurando una o dos ideas para diversificar un poquito estas actividades. En esta ocasión reflexionaremos sobre la lectura para niños o mas bien cuando uno como adulto lee para los niños.
En estos tiempos que corren, no los de la pandemia, sino en general estos primeros 20 años del siglo 21 muchas cosas cambiaron, se hizo realidad la ultrasegmentación de los mercados y los públicos, tan preconizada por los teóricos de final del siglo pasado, situación que ya hemos comentado una y otra vez, se ha visto reflejada también en el mercado de los libros con productos literarios para cada etapa de la vida. Las niñas y los niños son un mercado más para esta maquinaria editorial, un mercado muy bien abastecido por cierto y que de paso trajo consigo el surgimiento de toda una industria en torno a la lectura; diseñadores, ilustradores, animadores, lectores, cuentacuentos, festivales e incluso estrellas del streaming y el video en linea especializados en el tema.
En algunas escuelas se intenta promover la integración de los padres en estas actividades, haciendo ciclos de lectura semanal en los que los lectores son los propios padres de familia; haciendo cronogramas para que al menos una vez por semana un papá dedique una media hora para ir a leer en el aula para las niñas y los niños. Una labor a veces ingrata y en ocasiones muy gratificante. Hablemos del lado positivo de esto, que es bien emotivo y muy motivador ver los rostros de curiosidad y desconcierto de los alumnos cuando llega una mamá o un papá con un libro en la mano y conforme avanza la actividad esas caritas van cambiando a la concentración y al interés puro en el tema. Hay quien llega caracterizado o se ayuda con un títere de mano o con efectos de sonido o música. En todos los casos al final de la lectura siempre hay un silencio y una cierta ansia de mas lectura, hay aplausos y porra para el lector invitado y de un modo u otro los beneficios de esto siempre van saliendo conforme pasan las semanas, la lectura individual mejora, a veces no drásticamente, pero es visible la motivación que surge de escuchar a otros leer. Los niños esperan el día en que vendrá la mamá o papá lector y disfrutan. Hay lecturas de cajón, casi lugares comúnes; los libros de toda la vida, el principito, los Hermanos Grimm, Christian Andersen y otros. Hay lectores arriesgados que llevan a Villoro, a Cortazar. Otros llevan libros curiosos, extraños. lo que es claro es que hay mucho de donde agarrar material para leer en una escuela. ¿Qué pasaría si llega ciencia ficción clásica o fantasía?, ¿Qué tal una lectura de algún bestiario, el de Arreola, el de Cortázar u otros? ¿Algo de cyberpunk? ¿una novela gráfica? ¿fantasía medieval? ¿y si intentamos leer fragmentos de poesía? ¿El señor de los anillos u otras novelas del estilo?. Si en la escuela de sus hijos, de sus hermanos pequeños no la han puesto en marcha, quizá sea hora de proponerla.
¿Y si llevamos la idea a casa? una vez a la semana o dos, unos minutos diarios dedicados a leer pedacitos de nuestros libros favoritos para que los escuchen los pequeños de la casa, explicando las dudas que puedan surgir, haciendo el momento ameno, haciendo las voces de la lectura, actuando para su público, disfrutando del momento. ¿lo intentaría usted? ¿lo lleva a cabo?. Inténtelo, ejerza el apostolado del lector para niños, como muchas cosas que se hacen en pro de la lectura, el mundo se lo agradecerá.
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