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Librophonia; los libros que no quieres leer

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En toda historia de lectores y su personal biblioteca, estante, mesa o montón, siempre se puede entrever al menos un libro o dos que han sido dejados de lado; empezados, con algún discreto separador o de plano abandonados completamente, arrinconados y concienzudamente ignorados. Ya hemos comentado anteriormente sobre las segundas oportunidades a este tipo de volúmenes, por el honor siendo idealistas, por la estadística si se quiere ser pragmáticos o simplemente porque son parte de los gastos y hay que desquitar esas monedas o por no dejar algo sin leer siendo también obsesivos.

los libros que no se quieren leer, pero que por alguna razón no especificada jamás salen de un librero, muchas veces han sido intentados en un momento de distracción, abordados en ratos de ocio extremo, a veces han sido hojeados una y otra vez sin que se logre establecer esa cierta química que convierte una lectura de diez minutos en una tarde completa de devorar capitulo tras capitulo hasta terminar el libro completo. Hay libros, de esos tipos, que fueron comprados en un arrebato consumista, encontrados en una oferta irresistible estilo 3 x 1 o que venían de obsequio en alguna revista (como esas revistas esotéricas españolas que una temporada regalaron libros de temas ocultistas o de misterio ), otros más, fueron obsequiados por algún otro lector (que quizá tampoco los leyó y decidió deshacerse de ellos, esperando que otro lector si los quisiera leer y encontrara aprecio por ellos) o fueron recibidos en uno de esos intercambios de regalos incomodos en las oficinas o en los circulos de trabajo o quizá fueron encontrados en alguna banca de la calle o en una banqueta o en un parque, olvidados por el que los estaba leyendo. Otros más, fueron adquiridos de una forma u otra con la intención honesta de leerlos, por el autor, por la portada o porque la sinopsis, bien elaborada por un equipo de marketing competente, pintaba muchas más maravillas del libro de las que en verdad podía ofrecer. Hay también que reconocer que todos tenemos un libro comprado por una recomendación entusiasta de un conocido y que, en cuanto lo tuvimos en mano, no logró atraparnos, por más intentos que hubo. El infaltable, es el libro que fue comprado por puro glamour, en algún momento el best-seller de la temporada y lo mismo, de una forma u otra no logró conectar, no inspiró mas que lecturas superficiales, capítulos iniciados y hojeos desinteresados.

En cualquier caso, esos libros existen, enterrados entre otros libros que si han sido leídos, confundidos en algun montoncito o en algún cajón, haciendo bulto. ¿Cómo comenzar o mas bien recomenzar una lectura de este tipo? ¿Cómo reconectar con algo a lo que previamente se le perdió el sabor? ¿se puede retomar un libro que no se quiere leer, dándole una segunda oportunidad?

Ciencia ficción que no es tan tecnológica pero que tiene un lado científico muy bien escondido, narrativas históricas demasiado áridas pero que tienen puntos interesantes, historias contemporáneas no tan cercanas a nuestra realidad, historias fantásticas que no tienen vampiros o dragones ni elfos ni castillos, historias policiacas o de novela negra sin gabardinas ni mujeres atormentadas, detectives que no usan gabán ni armas especiales o también distopias sin heroínas empoderadas; la clave en todos los casos es dar una segunda oportunidad bien honesta y emocionada, como si el libro fuera nuevo otra vez y apenas hubiera salido de su bolsa o de su empaque.

La realidad es que hay ocasiones en que este tipo de libros esconden, entre sus páginas verdaderas sorpresas literarias y se convierten, después de una lectura hecha con un poco de fé verdadera y sin prejuicios, en parte de nuestros libros favoritos. Pero, para ello, se requiere primero que nada, de una intención, de cierto reacomodo de ideas y de una gran labor de convencimiento y de despojo de ideas previas en torno al asunto. Ciertamente que es posible recomenzar, dar una segunda oportunidad a tomos de este tipo, lo primordial es querer hacerlo y reencontrar esa parte lectora que en algunos momentos todos perdemos, la capacidad de asombro, la ansia por querer ser sorprendido y emocionado por líneas y líneas que no habíamos conocido anteriormente.

El punto es dejarse sorprender nuevamente, sin prejuicios ni ideas previas. inténtelo, verá que hay altas posibilidades de que pase algo muy interesante. De lo contrario, considere donarlo, habrá algún otro lector que quizá pueda apreciarlo.

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Librophonia
Dice (el) que hace muchas cosas; algunas se escuchan, otras se leen, otras se ven y hacen ruiditos. Dice que es muchas cosas o poca cosa. Depende.

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