Por toda la web circulan listados del tipo “los (inserte numero) libros que leer antes de morir”, el número varía de autor en autor. Hay listados enormes, hasta de 100 o incluso más, divididos incluso en secciones; por edad (si, hay listas para niños, adolescentes, jovenes, adultos y dentro de estos adultos jovenes, contemporaneos, maduros y tercera edad), por momento de la vida, por tipo de “necesidad” (lo que sea que eso signifique), se pueden encontrar curiosas mezclas de géneros, estilos, épocas, autores, nacionalidades, idiomas y hasta libros religiosos junto a titulos que en algún momento representaron incomodidades para el clero. En ciertos sitios son listados ordenados de manera seria y con algúna pequeña explicación individual de porqué son incluidos en dicha lista, en otros, son meras listas que se antojan caprichos personales del que firma el articulo en cuestión; en otros lugares de la red, donde se privilegia el sentido visual se ha optado por convertir esos listados en infografías, mapas mentales y esquemas, muy vistosos y llenos de color. Hay humildes textos firmados por Juanito, otros más, por personalidades locales del mundillo literario o por autores con cierta resonancia internacional, hay textos con pretensiones de recomendación perdonavidas y otros que cubiertos con un velo de informalidad apestan a recomendación descarada para comprar en tal o cual sitio de libros. Prácticamente todos los grandes medios de información han editorializado sobre el punto en algún momento de su existencia, firmando el editor en turno o encargando la redacción del artículo a algúna pluma relevante (en ese momento histórico).
Las listas, en todo caso pueden ser abrumadoras, contradictorias, confusas e incluso un poco intimidantes; la cosa se enreda más cuando más se profundiza en esa busqueda de los “N (entiendase N como determinada cantidad) recomendados”. Las listas de este tipo existen en casi cualquier idioma como lo demuestra una sencilla búsqueda en cualquier navegador.
En el caso del idioma español y autores de habla española se puede afirmar, sin demasiado temor a equivocarse, que siempre se encontrará en esos listados al Quijote de Cervantes, alguno (el titulo varía de lista a lista) de Borges, Gabriel García Marquéz (casi siempre 100 años de Soledad), Vargas Llosa (por lo general, La fiesta del chivo), Cortazar (Rayuela casi de regla) y posiblemente Paz (el laberinto de la Soledad), Vallejo (La virgen de los sicarios) , aqui conviene tambien señalar que la lista en este caso puede variar de acuerdo al lugar geográfico desde donde se redacte el articulo en cuestión y donde, en ciertos momentos pudiera influir un cierto sentido nacionalista. En terminos globales, empero, siempre se podrá encontrar titulos como el Principito de Saint Exúpery, Los miserables o nuestra señora de París de Victor Hugo, El nombre de la Rosa de Humberto Eco, Fahrenheit 451 o Cronicas Marcianas de Bradbury, la metamorfosis de Kafka, Lolita de Nabokov, 1984 de Orwell, alguna de las aventuras de Sherlock Holmes de Conan Doyle, Romeo y Julieta de Shakespeare, Crimen y castigo, de Fiódor Dostoievski, la divina comedia de Alighieri, El Gran Gatsby de Scott Fiztgerald, El viejo y el mar de Ernest Hemingway, El Hobbit de J. R. R. Tolkien y Alguna (casi cualquiera) de Asimov. Aquí, en este punto, comienzan los problemas, porque comienzan las divergencias y protestas al querer incluir en dichos listados a Alexandre Dumas, Oscar Wilde, Salman Rushdie, Emily Brontë, Joseph Conrad, Mark Twain, Albert Camus, Jean-Paul Sartre, Aldous Huxley, Roberto Bolaño, Stanislaw Lem, Jonh Steinbeck, Phillip K. Dick, Gustave Flaubert, Julio Verne, J. D. Salinger, Truman Capote, Agatha Christie, Charles Dickens, James Joyce, William Golding y la lista se empieza a enturbiar y los animos a caldearse, empiezan los bufidos y las miradas sospechosas y la cosa se puede poner peligrosa. Curiosamente, en ciertos listados aparece tambien la Biblia Católica, lo que a su vez genera polémicas de parte de los practicantes de otras religiones que pugnan por que su libro sagrado entre entonces tambien a dichos listados. Hay mucho, mucho de donde listar, muchos autores que pudieran o que tienen derecho ganado para estar en un listado así. Como bien lo deciamos al principio de esta pequeña reflexión, los resultados pueden variar y quizá no estén dentro de las expectativas o preferencias del espectador o del lector, en este caso. Dependerá de cada cual echar un vistazo a dichas listas (se recomienda contrastar entre varias antes de decidirse por una, si es que aún no tiene una propia) y disfrutar de la lectura, que de eso, se trata todo esto.
Comments