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Librophonia; nuevo o usado,digital o pirateado

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Adquirir un libro es, de principio una decisión valiente, es un esfuerzo también,  para algunos es una cuestión glamourosa, para otros, es alimentar un vicio, una afición. en cualquier caso, es decididamente comprarse un conflicto interno, que muchas veces no se resuelve y termina por dar al traste con la intención primera que es (o era), comprar (o leer)  un libro. ya verás porqué:

Cuando has decidido que titulo vas a leer o a que autor te aproximarás para comenzar en los mundos de la lectura, te darás cuenta de que puedes adquirir la obra en cuestión, emplayada, olorosa a tinta, con sus páginas blancas, sin marcas ni dobleces, con sus lomos sin raspaduras y sus esquinas perfectamente rectas,  sin manchas, con sus hojas de guarda impolutas, crujiendo conforme avanzas en sus páginas y todo lo que conlleva un libro nuevo. O bien, puedes conseguirla amarillenta, con lomos desgastados, quizá con páginas dobladas, a veces con anotaciones, con curiosos ex-libris, con descaradas marcas territoriales en el corte de las hojas, nombres y a veces, hasta grupo y grado escolar, si dicho libro ha pasado por las aulas, de la mano de algún estudiante. oloroso esta vez, a viejo, a uso,  amorosamente remendado con pegamento, a veces, recosido en el caso de los libros viejos. en otros, trágicamente deshojado, manchado de humedad o líquidos sospechosos.

Luego, como consecuencia de esta encrucijada, verás que nuevo, el libro tiene, tiene precios bajos, moderados y cantidades de vértigo, en el caso de los best-sellers o las novedades recomendadas por alguna celebridad o comentadas en algún sitio de moda, los libros de-donde-salió-la-película, seguro serán precios hasta para ofenderse (o encanijarse con el vendedor).  Si por otro lado, eliges el camino de los libros usados, verás  que siempre son cantidades bastante humildes, casi siempre, a menos que te toque negociar con un mercader poser, que te asegure que la edición que te ofrece tiene pretensiones de incunable o de primera edición, en cuyo caso te puede salir casi del mismo precio que si lo comprases nuevo.  En ambos frentes, aplicando la política de libre mercado, traducida en “no me gusta este precio, voy con el de enfrente” y con un poco de paciencia, es posible encontrar un precio adecuado a tu presupuesto y a tus ganas de leer.

Es posible también, que decidas recurrir a la tecnología y la red para buscarlo, encontrarlo y disfrutar de la lectura; vendrá luego la zambullida en tu buscador de confianza y los varios o muchos pasos en falso para encontrarlo, la  casi segura pelea con el click-bait de los sitios falsos para descargar libros (y que solo buscan que descargues virus o estafarte de alguna u otra forma) hasta encontrar un link de descarga con tu libro,  en este punto puede ser que al abrir el archivo, resulte que tienes un escaneo, con páginas un poco torcidas, quizá una versión OCR, con algunos caracteres que el programa no logró identificar, quizá un fanfic o una traducción amateur, si tu libro no tiene traducción oficial al español o quizá sea, con suerte, una transcripción hecha y derecha de la obra o a veces, una versión digital “liberada” por algún buen corazón, que lo compró legalmente y luego de disfrutarlo, lo pone en linea para todos los que no pueden o no quieren gastar.   es un salto de fé esto de los libros libres en internet, quizá por eso, es posible también que decidas adquirir tu copia digital en una tienda en linea, en el sitio de tu librería, en las grandes páginas que ya todos conocen o a veces, hasta en los sitios del propio autor,  en su tienda oficial incluso. vendrán numerados, traerán quizá accesos a material exclusivo, a recompensas, a extras. estos, quizá no huelan, ni los pirateados ni los legales; unos y otros tienen su encanto, su caché, también sus particularidades.

Nuevos o de uso, libres (escaneados o transcritos) o digitales (comprados en linea), sea cual sea tu elección, lo importante es que leas, que disfrutes, que te sumerjas en la lectura. todo, sin afectar a tu presupuesto, con paciencia también, con inventiva, con cierta malicia. la cosa al final, es leer.

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Librophonia
Dice (el) que hace muchas cosas; algunas se escuchan, otras se leen, otras se ven y hacen ruiditos. Dice que es muchas cosas o poca cosa. Depende.

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