Librophonia; Y, ¿Cómo ayudamos a que SI lea un estudiante?

Planteamos en semanas anteriores que las primeras aproximaciones a la lectura a veces vienen de la familia. también que de la familia puede provenir el rechazo a la lectura. hemos visto y remarcado desde varios ángulos las cosas que contribuyen a que los estudiantes no quieran leer; la falta de espacios adecuados para la lectura en casa, todos los distractores posibles, las formas en que la familia contribuye a estas situaciones y las situaciones en las que, el estudiante no recibe apoyo ni fomento por parte de la propia familia para leer y apreciar los beneficios de la lectura. También comentamos que de estas situaciones se deriva que el estudiante deje de leer, en muchos caso definitivamente.

Ahora bien, ¿Cómo ayudar, como apoyar a los niños, a los adolescentes, en general a los estudiantes, para que lean? ¿Qué cosas pueden ocuparse, que recursos hay?, ¿que puede hacer un familiar, un hermano, una madre o un padre para mejorar y suavizar (si el termino puede ocuparse de esta forma) las aproximaciones a la lectura en la escuela? ¿como hacer que estas primeras experiencias sean agradables y puedan generar un lector entusiasta fuera de los salones de clases?

Decíamos que hay por ahí versiones condensadas de muchos libros, algunas traen comentarios de tipo docente, pequeñas explicaciones por capitulo, glosarios para entender el español antiguo, como son los casos de las novelas del siglo de oro. otras vienen con secciones de actividades de apoyo y repaso en forma de sopas de letras, juegos de relacionar palabras, secciones de “completa la frase”, secciones de colorear en el caso de los libros para los mas pequeños, juegos de imágenes, recursos que en conjunto apuestan a que el estudiante ejercite su concentración y su comprensión lectora. También hay libros condensados de pocas hojas en forma de cuadernillos, versiones ilustradas o en formato de cómic para los que se inician en la lectura o para preescolares, estos en papel reforzado y en tamaños adecuados para ser manejados por ellos; hay incluso una o dos editoriales muy específicas que se dedican a producir libros de este tipo, muy identificables, de esas de “10 pesitos el ejemplar”, a menudo pasadas por alto por muchos lectores, pero que, tienen mucha utilidad y son responsables de la creación de muchos de estos buenos y tristemente no tan conocidos recursos de apoyo a la lectura en la escuela, una de ellas muy famosa, cuyo nombre, sin sonar a comercial empieza con ED y termina con IMUSA, que incluso tiene líneas de productos editoriales: para preescolar, para primaria, condensados, etc.

En el plano digital, en linea pues, también se dispone de recursos muy aprovechables, desde podcasts donde se puede escuchar lo que otros han leído y donde se comparten también resúmenes y opiniones en torno a libros, hay infinidad de vídeos donde los booktubers, es decir personajes que se dedican a leer y a comentar libros, a veces mostrando el ejemplar, haciendo en algunos casos pequeñas lecturas de párrafos que a su gusto particular vale la pena compartir. Incluso instagram ha generado sus propias comunidades de lectores, la bookstagram, influencers que mezclan libros con la cultura visual del insta, que leen y comentan y recomiendan lo que leen y además le toman fotos a lo que leen, básicamente (tiene más cosas, pero digámoslo así, muy asperamente). Con esto se demuestra que todo el espectro de redes sociales incluye una sección de fanáticos de la lectura que se dedican a compartir sus impresiones, sus ideas sobre los libros. Dinosaurios de la red, los blogs, también se pueden considerar como recursos muy valiosos, mas de una vez hemos comentado en en ese tipo de páginas se encuentran comunidades sumamente especializadas de lectores que ofrecen reseñas, resúmenes e incluso materiales de apoyo en torno a los libros.

Ambos mundos, el analógico y el digital nos ofrecen múltiples opciones con las que podemos ayudar a los estudiantes cuando de leer y de enfrentar tareas relacionadas con la lectura. La cosa es buscarle y también, tener disposición y buena voluntad de acompañar a un posible y futuro lector.