La poesía, ese gran género literario que es al mismo tiempo fuente inagotable de buenas frases y plagios adolescentes y base de coqueteos y en estos tiempos del internet origen de imágenes adornadas con un texto, para farsantear, para pretender, para expresar o para hacerse los interesantes. La poesía es un género incomodo, tedioso para algunos y para otros origen de resentimientos y traumas; hay que decirlo, para muchos es hasta aburrido. Se puede rastrear el origen de muchos de estos malos conceptos a los tiempos escolares, a la época de las aulas y sus grandes corales, la exageración en ademanes y la repetición hasta el hartazgo de los canones, de las recetas en torno a cada una de sus variantes.
Mas allá de esos prejuicios y malas famas, la poesía como género literario, como opción de lectura y afición y esparcimiento y diversión, tiene mucho que ofrecer, mucha tela de donde cortar. Todos los grandes “ismos”, los grandes movimientos artísticos del siglo XX integraron a la poesía como parte de su arsenal creativo, combinandola muchas veces con otras técnicas, no siempre literarias, se puede tomar como ejemplo el Caligrama que es un poema, frase, palabra o un conjunto de palabras cuyo propósito es figurar una imagen, esto es, se intenta trazar una silueta acerca de lo que trata el poema. Se dice que los primeros caligramas se le atribuyen al poeta Guillaume Apollinaire, identificado con el cubismo, pero se pueden citar ejemplos del movimiento Estridentista, como los geniales experimentos visuales del Poeta y Artísta Manuel Maples Arce. José Juan Tablada y Marius de Zayas tambien de principios del siglo XX ofrecen ejemplos cubistas y acaso un poco surrealistas de esta técnica poetica, El creacionismo tiene como uno de sus exponentes a Vicente Huidobro cuyo caligrama, “Triángulo armónico“, en su libro Canciones en la Noche (1913) es muy interesante de ver/leer. El dadaísmo tambien ofrece obras de André Bretón en torno al caligrama. El lector puede encontrar ejemplos muy buenos tambien de caligramas en la creación de Guillermo de Torre, Juan Larrea y Gerardo Diego; Carlos Oquendo de Amat, Jorge Eduardo Eielson y Arturo Corcuera, Guillermo Cabrera Infante y Oliverio Girondo . Se pueden encontrar si se busca con interés real, ejemplos de Caligramas creados por Salvador Dalí, Julio Torri, se dice que Paz y Algunos de su generación en algún momento juguetearon con esta técnica creativa aunque no es tan sencillo encontrar ejemplos de esto. Practicamente se puede afirmar que en toda época, el caligrama se tornó como una opción para expresar de manera visual ideas poeticas y literarias.
Esta es una opción muy interesante, incluso podriamos decir didáctica, para aproximarse desde otro ángulo a la poesía, a la lectura, en este caso tambien al disfrute visual de una pieza literaria, despojandola de prejuicios previos y de resentimientos, la pregunta aqui es ¿puede el lector resentido con la poesía intentarlo?. Como siempre, se reitera que estas ideas son personalísimas, particulares y sujetas a discusión. Queda en el lector ir mas allá.
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