En la mayoría de los casos puede asegurarse con cierto margen de acierto que todos o casi todos los lectores tienen entre sus conocidos al menos a alguien que escribe, alguien que hace poesía, alguien que intenta dedicarse a la literatura con algún grado de éxito (o no). No es una regla como tal, pero es algo que pasa; en todo circulo de lectores, en todo grupo de amigos aficionados a los libros hay al menos uno de ellos que se dedica a la producción literaria, cuando menos uno y a veces más. la pregunta que se desprende de esta afirmación es En estos temas surge la pregunta más incómoda que es: ¿Cuántos de ustedes tienen en su biblioteca particular al menos un libro de sus amigos de esos amigos que se dedican a escribir?.
Es bien sabido que entrar al mercado editorial latinoamericano es, siendo muy educados, al menos complicado sino es que imposible para muchos. Es cuando aparece el fantasma de la autopublicación, del “plaquette”, del fanzine, de la fotocopia en los casos más humildes (no por ello menos valiosos), y en algunos pocos casos afortunados de las ediciones en rústica o en pasta blanda. Otros logran editar de manera colectiva o a través de concursos o de convocatorias universitarias o de asociaciones de entusiastas de la literatura, algunos tantos consiguen oportunidades en instituciones públicas o gubernamentales y es así como logran publicar pequeñas tiradas a través de programas emergentes o de “nuevos talentos” o en colecciones impulsadas por administraciones, en las publicaciones colectivas todos los participantes pueden llegar a recibir un cierto número de ejemplares pero ciertamente no más allá de 50 piezas, a veces, dependiendo del número de participantes puede incluso ser tan solo de 5 copias. En las autoediciones,los llamados fanzines o las plaquettes los tirajes dependerán de las posibilidades económicas del autor pudiendo ir desde 100 piezas en rústica hasta tirajes de 1000 en las ediciones estilo fotocopia. Mucho de este material es distribuido de manera personal por el propio escritor o en pequeñas lecturas o anunciado en las redes sociales. Tristemente, es bien sabido que no todo el material publicado de estas maneras logra llegar a los estantes, a los exhibidores y a los libreros de las tiendas especializadas, de las pequeñas librerías o de los bazares y mucho de esto se pierde o es abandonado y a veces es recibido piadosamente por los amigos o los conocidos y guardado en algún rincón. Triste más aun cuando entre esos libros o como se les llame se han perdido valiosas primeras ediciones de autores que ahora son conocidos en ciertos circulos temáticos. El que esto escribe guarda en un lugar especial ediciones en plaquette de autores ahora reconocidos en la ciencia ficción latinoamericana, tambien fanzines universitarios de los que eran noveles escritores cyberpunk y que ahora son grandes en otros géneros. Hay por ahí una novela corta de Paco Ignacio Taibo II en edición pulp inconseguible según muchos.
Reiteramos la pregunta entonces: ¿Cuántos de los lectores apoyan la producción de de sus amigos los que intentan producir literatura? yendo más allá: ¿Cuántos de ustedes guardan en sus libreros una de esas ediciones independientes, uno de esos juegos de fotocopias, una de esas ediciones colectivas o de esos libritos económicos donde aparece el nombre de un conocido? mas allá aún: ¿Cuántos intentan mejorar la autoestima del autor pidiéndole una dedicatoria personalizada?. Entre todo eso, es posible encontrar verdaderas joyitas literarias, curiosidades psicodélicas, buenas novelas bien estructuradas, quizá no materiales de consumo global, quizá no bestsellers, pero piezas muy dignas o incluso de mucha mejor calidad que los materiales masificados y ¿Quién sabe? en una de esas, puede aparecer, como ya lo dijimos líneas arriba, una tremenda primera edición de algo que pueda llegar a ser un verdadero clásico cuando su autor llegue a las grandes ligas de las editoriales. Todo puede ser.
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